lunes, 28 de noviembre de 2011

YPF y Grobocopatel se asociaron para producir biocombustibles

La energética que controlan Repsol y la familia Eskenazi, firmó un acuerdo con Indear, donde el rey de la soja tiene acciones, para desarrollar etanol con residuos agroforestales.



Desde el año pasado, las petroleras tienen la obligación de entregar al mercado argentino gasoil y nafta con un componente minoritario de biocombustibles. En este contexto, la petrolera local YPF acaba de suscribir un acuerdo con el instituto biotecnológico Indear, propiedad de la empresa Bioceres, donde el líder del grupo Los Grobo, Gustavo Grobocopatel, es socio de la firma, además de cofundador y director. Se trata de un acuerdo de investigación para desarrollar combustibles alternativos sobre la base de residuos agrícolas y forestales.

La progresiva incorporación de estos productos como alternativa a los combustibles tradicionales en el país y el mundo empujó a la petrolera a buscarse una posición, al menos incipiente, en el negocio.

Cuando en 2010 comenzó a regir el corte obligatorio de los combustibles con sus pares ecológicos en el país, el gasoil incorporó un 5% de biodiesel, proporción que ya fue elevada al 7% y que busca llegar al 10% en el futuro cercano. Mientras, las naftas se cortan con un 5% de etanol, que hoy producen los ingenios azucareros a partir de alcohol de caña. Es justamente en este segmento al que YPF quiere entrar.

De esta forma, la pretrolera ingresará en un negocio copado por los ingenios, que vendieron en 2011 unos 200 millones de litros de etanol en el país. Lideran este grupo los gigantes Ledesma, de la familia Blaquier; Tabacal, a través de su firma Alconoa y el ingenio La Florida, de los Rocchia Ferro, que juntos ostentan el 60% del cupo para 2011. Se suman otros, y pocas industrias que elaboran etanol con maíz.

El proyecto, en etapa inicial, busca obtener etanol para vender en el mercado interno y para exportar, cuando la Argentina ya lidera el ranking exportador mundial de biodiesel.

Con una inversión conjunta e igualitaria de u$s 3 millones, YPF e Indear "que se reparte entre los 246 socios de Bioceres y tiene una alianza estratégica con el Conicet" buscan obtener, en un plazo máximo de cuatro años, una enzima que permita convertir en etanol distintos residuos de procesos agrícolas y forestales.

El acuerdo implica el primer paso de YPF en el desarrollo de energías alternativas, con una mirada de mediano y largo plazo. Para 2020, el principal comprador de biocombustibles del país, la Unión Europea, quiere alcanzar un corte obligatorio del 20%. En paralelo, Brasil ya tiene esas proporciones en los autos mixtos, además de los que funcionan 100% con alcohol.

Desde YPF indicaron que Indear trabajará en el desarrollo de la tecnología para la producción de enzimas mientras que YPF aportará su experiencia en la caracterización del producto y en las tecnologías industriales que permitan su incorporación en la matriz energética.

Según explica Analia Acosta, gerente de Proyectos de Energías Alternativas y Nuevos Negocios de YPF, "un porcentaje de los biocombustibles tiene que venir de los de segunda generación", estos son, los que aprovechan los desechos de otras actividades en lugar de usar alimentos.

La industria de los biocombustibles en la Argentina se desarrollo de la mano de las exenciones impositivas incluidas en la ley de promoción para el sector (Nº 26.093, sancionada en 2006 y reglamentada posteriormente). Se calcula que en 2012 estas exenciones alcanzarán los u$s 450 millones.

Aún así, mientras que el país es superavitario en la producción de biodiesel "de soja", el corte con etanol es, en promedio, del 3 por ciento.

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