EL CUCO NO EXISTE
Cuando éramos niños, nunca faltaba el adulto que -para lograr que tomemos la sopa- nos atormentaba con el cuco. Un recurso infalible si los hay, para manipular a los niños a hacer determinadas cosas. Los adultos lo aprovechaban, porque una vez que el niño perdía la inocencia, se descubría la verdad y ese recurso moría.
Algo similar sucedió el pasado domingo, cuando el gobernador de los riojanos reconoció la derrota del pueblo sobre su lista de ministros.
Para quienes sólo lo vemos por foto, o en videos oficiales filmados con trípode, escenas de fotografía y editados con música emotiva… fue una imagen que no se borrará nunca de nuestras memorias.
Pudo verse a un hombre golpeado por su propia soberbia. Y a medida que intentaba hablar, sin poder mirar fijo a una cámara, su arrogancia lo interrumpía y no lo dejaba ni si quiera fingir humildad.
Y es comprensible. Lleva 30 años en la política y jamás sufrió la humillación que el pueblo le ofrendó.
Pese a su estado psicológico y moral, sus asesores lo dejaron golpearse sin tratar de impedirlo y quedó registrado para siempre en el archivo histórico de La Rioja.
En su alocución bastardeó a su equipo de dirigentes, desacreditándolos y humillándolos frente a la prensa que a través de sus dispositivos, transmitían su petulancia al resto de los riojanos, que desde sus casas comenzaban a entender que nadie es eterno y que –aunque suene trillado- el verdadero poder está en el voto.
Como era de esperarse, a medida que las palabras brotaban de su boca, el resentimiento con el electorado se apoderaba de la razón y al igual que lo hacen los adultos con los niños inocentes, comenzó a hablar del cuco.
“Si perdemos en octubre, a La Rioja le va a ir mal”, comenzó. Para luego rematar amenazando con los salarios y con las obras de los riojanos.
Es lógico, viniendo de un gobernante que toda su vida política hizo política con plata. Pero también es lógico comprender que una vez que un niño pierde la inocencia, no la recupera jamás.
Pero a pesar que las amenazas son amenazas, los sueldos y las obras no cuentan como tal:
El último aumento de sueldo otorgado a los riojanos, alcanza para comprar 350 grs. de molida común por día. Y respecto a las obras, la sociedad estaría feliz de saber que gran parte de su dinero no va a parar a los bolsillos del hermano y sobrino del gobernador, que hacen negocios millonarios con la obra pública. Tendiendo eso en cuenta, pueden perder tranquilos en octubre, que ningún riojano se va a molestar.
Lo que no quisieron ver
En mayo, la empresa de sondeos de opinión, Aresco de Julio Aurelio, hizo un estudio en La Rioja. En el mismo se revela que una gran mayoría del pueblo no quería megaminería. Otra gran mayoría quería coparticipación municipal, para evitar intendentes obedientes al poder y desobedientes a los deseos de la comunidad. Y por último, la mayoría rechazaba a las SAPEM, considerándolas “empresas con mucha corrupción que generan competencia desleal”.
Casualmente los 3 puntos involucran a las ciudades de La Rioja, Chilecito y Famatina; tres de los distritos donde el gobierno perdió de manera abru
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