miércoles, 2 de mayo de 2012

VOLVERÍA A HUNDIR EL CRUCERO BELGRANO"


VOLVERÍA A HUNDIR EL CRUCERO BELGRANO"




Christopher Wreford-Brown, ex comandante del submarino inglés Conqueror, cuenta por primera vez cómo fue el ataque.(Palabras del Comandante del submarino, lo volvería a hundir al Crucero Belgrano)

* El militar no quiso conceder un reportaje. * Pero autorizó a difundir su relato sobre los hechos, que forma parte de un libro. * "Sentí alivio y excitación", recuerda del trágico episodio.

LONDRES.- El capitán Christopher Wreford-Brown, ex comandante del submarino británico Conqueror, habló en tres oportunidades con una periodista de La Nación acerca del rol que cumplió en el hundimiento del crucero General Belgrano. Pero prefirió no conceder un reportaje mientras existan reclamos por parte de familiares de las víctimas del Belgrano. En su lugar, Wreford-Brown autorizó a La Nación a publicar el siguiente relato hecho ante dos historiadores británicos para ser incluido en el libro "The Submariners".

"(...) Entré en mi zona de patrullaje, entre las relativamente poco profundas aguas de Burdwood Bank, al sur de las Falklands (Malvinas) y la isla de los Estados, al sudeste del territorio continental argentino, el 30 de abril. Una de las primeras misiones de un submarino entrando en una nueva zona de patrullaje es establecer las condiciones medioambientales y establecer el alcance de los sonares pasivos.

"Al poco tiempo de establecer la patrulla hicimos contacto por sonar con un grupo de barcos hacia el Oeste. Estada seguro de que estaban a larga distancia y como había muy poco tráfico en la zona decidí acercármeles para establecer contacto visual. El contacto de sonar era constante, 50 millas al este de la isla de los Estados, como si quienquiera que fuese estuviera esperando por algo.

Más tarde, antes del mediodía del 1º de mayo, retorné a profundidad de periscopio y vi cuatro barcos, los cuales identifiqué como el crucero Belgrano con sus dos escoltas, Hipólito Bouchard y Piedrabuena, en el proceso de reabastecerse de un buque tanque.

"Las normas de combate eran específicas: yo sólo podía atacar buques de guerra si entraban en la zona marítima de exclusión, la cual estaba a cierta distancia hacia el Este. Fue así como tomamos una ruta en torno del grupo de modo de colocarnos en una posición de seguimiento.

"Seguimos al grupo del Belgrano durante 30 horas, todo ese día y esa noche, continuando el envío regular de reportes mientras ellos se dirigían constantemente en dirección sudeste y luego este, evitando la zona marítima de exclusión por unas 25 millas y conduciendo un simple zigzag, pero dirigiéndose hacia los poco profundos bancos de Burdwood Bank.

"En los momentos tranquilos, mientras descansaba en mi cabina, me puse a considerar las próximas movidas. Eramos el primer submarino en mantener contacto con unidades enemigas y, si bien no me permitían atacar, no tenía duda de que aquellos en la jerarquía en el Reino Unido debían darse cuenta de las implicancias tácticas de lo que estaban haciendo y formarse la conclusión de que sería militarmente prudente atacar a esas unidades antes de que atacaran a nuestra Task Force.

"También consideré cómo atacaría cuando llegara el momento, si es que llegaba, de modo de que tuviera todo claro en mi mente. Decidí que atacaría al crucero intentando llegar a unos 1800 metros de él, y arrojaría los viejos torpedos M8 porque tienen cabezas más grandes y, por lo tanto, nos darían una chance mejor de penetrar la estructura de metal y las cabinas antitorpedo, todo en buen estilo de la Segunda Guerra Mundial. Si hubiera podido todavía usar mi segunda opción de misiles Tigerfish, planeaba atacar tan pronto entraran en la zona de exclusión y antes de que yo tuviera que reducir la velocidad para entrar en la zona de aguas poco profundas.

"Esto, sin embargo, no ocurriría. A las 8 del 2 de mayo, la situación varió. Ellos cambiaron de pronto su curso hacia el Oeste y comenzaron a emprender otro zigzag, en una forma aparentemente sin sentido.

"En ese momento se dieron cuenta en casa (Gran Bretaña) de que si el grupo del Belgrano decidía hacer una rápida incursión en la zona de aguas bajas, no podríamos seguirlos a tiempo y ellos podrían ponerse en alcance para lanzar Exocet a los buques Hermes e Invincible antes de que pudiéramos tomar una acción para impedirlo. En las primeras horas de la tarde, eventualmente, recibí una señal del comando central de la flota, permitiéndome atacar todo buque de guerra argentino fuera de las aguas territoriales argentinas. En pocas palabras, al grupo que estaba siguiendo."
PROFUNDIDAD DE PERISCOPIO

"Pasé más de dos horas tratando de alcanzar una posición de ataque sobre la porta babor del crucero, el lado opuesto a sus dos escoltas. Aún era de día. La visibilidad era variable. Llegamos a estar a menos de 1800 metros. Insistí en ir varias veces a la superficie para echar un vistazo, pero cuando estábamos a profundidad de periscopio tenía que reducir la velocidad, así que estábamos perdiéndolos. Finalmente tuve que ir en profundidad y correr rápido para alcanzarlos. Hice esto cinco o seis veces.

"Eventualmente llegamos a la posición. Creo que los escoltas temían un ataque del Norte cuando, en realidad, nosotros estábamos al Sur. El ataque fue a profundidad de periscopio, haciendo contacto visual. Disparamos tres misiles Mark 8 a las 18.57, a una distancia de 1200 metros. Los disparos fueron a intervalos cortos. La finalidad no era tocarlo con los tres misiles en un mismo lugar, sino crear una cobertura, de modo de salvar cualquier error en el disparo.

"Escuchamos correr a los torpedos gracias al teléfono subacuático y más tarde escuchamos su explosión. Embocamos con dos de los tres. Todavía estábamos a profundidad de periscopio. Recuerdo claramente ver una bola de fuego naranja en línea con el principal mástil , justo fuera del centro del objetivo, y poco después de una segunda explosión creí haber visto una eclosión de agua, fuego y desechos lanzados hacia adelante.

"Un enorme vitoreo salió de la sala de control; sólo entonces me di cuenta de cuánta gente se había agolpado para escuchar. Mi pensamiento inmediato fue emprender la evasión.

"Tras el ataque, sentía al mismo tiempo alivio y excitación por haber sido exitoso. No había tenido dudas de nuestra capacidad, especialmente porque habíamos pasado numerosas ocasiones en prácticas. Aun así, sentí cierta dosis de alivio al ver que mi equipo había realizado la misión en forma correcta.

"Después sentí bastante tristeza por la pérdida de vidas. No sabía cuántos habían sido afectados, pero presumía que el número era considerable. Pero yo estoy persuadido de que hicimos justo lo que nos invitaron a hacer y no tendría duda en volver a hacerlo. Es un hecho de la vida que si uno quiere ir a la guerra, debe contemplar la posibilidad de tener pérdidas." .Por Graciela Iglesias
 
HMS CONQUEROR (SUBMARINO NUCLEAR)

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