martes, 30 de abril de 2013

RÉDITOS COYUNTURALES,una canallada más en salud y la BEDER-MENTIRA


EL OTRO MIRADOR Nº106 COMANDO. ALIPIO TITO PAOLETTI






Nadie usó un hecho fortuito, ni el dolor de una familia, para “horadar una gestión”, como dice el inefable y mentiroso El Mirador Político de El IndepenMiente, sacudiéndole las culpas al Gobernador, al Ministro de Salud y a la falta de sensibilidad provincial a la hora construir Políticas de Estado como la de Salud, solo por nombra a una.
 

No le importa al Gobierno Provincial la Salud Pública, porque no roza siquiera a representantes de la riqueza provincial, o de “enriquecidos” funcionarios, amigos y amantes del poder ¿Para qué el Hospital Publico, si no hay pobres en La Rioja? Ya lo dicen y a viva voz:

Aunque no estén enfermos vengan, pasen y vean, el circo empieza la función, visiten el Hospital de la Madre y el niño, entreténganse total no hay enfermos, ni salas de Terapia Intensiva, ni pobres. “Vengan, pongan una moneda en la ranura y vean pasar la vida color de rosa”, diría un García Tuñón haciéndose la señal de la cruz. Sí, de la cruz diablo.

Es impensable ir contra los médicos, contra la gente, contra el sentido común, solo para salvar el pellejo de un Ministro. ¡Ojo! No garpa, no sean nabos, es preferible el ministro al gobernador, es preferible el cambio. En fin tal vez se den cuenta que carecen de Proyecto, son muchos años ya sin un proyecto político. Llega el momento en que el negocio no va más, o mejor dicho, la gente no va más y se termina el negocio.

Hablar, criticar, difamar, al fin cansa, parecen lloronas lagrimeando el éxito ajeno. Parecen esas tristes putas del final de García Máquez. Bueno…no…eso es otra cosa…volvamos.
Nadie horada a una gestión que se horada sola. Los “bederistas” mismos se auto-acusan. Gestionan mal, y mienten defendiéndose por las dudas. No se equivoquen, nadie protesta por la muerte de nadie, se protesta por el vacío de sensibilidad y de sentido común, por la soberbia de Luna, por la ineficiencia de un Gobernador que por no saber repartir el juego político se le fugan y queman los ministros. Parecen simples fusibles para disimular una objetable -desde todo punto de vista- política Provincial de Salud. Aún no se animó a nombrar un ministro de Producción, su “nave insignia”, por temor a que no le dure, o que pueda descubrir el patio de atrás de las SAPEM.

Un Hospital no es una atracción turística, una joya arquitectónica, un negocio inmobiliario, ni un shopping político. Si Beder ya pudo negar a los “pobres e indigentes” de La Rioja, con la cínica y burlona Indigencia Cero, será más difícil negar a los enfermos para transformar su gestión en supuestamente peronista.

Hay que tener muy poca memoria, o ser muy gil, para creerles el peronismo o para escribir las bobadas de las última página del pasquín riojano, o peor aún, para mandar a escribirlas. Es más, hay algo peor aún, encima es pagarlas muy bien. Y dentro del pasquín, ese dinero “oficial” que entra extraoficialmente, no se cooperativiza, no se reparte, el flaco Julito y el florido Sergio y unos poquitos, dan cuenta de los dinerillos fáciles, de la Gran Pauta que los parió. Total, en el IndepenMiente no existen los necesitados, ¿Para qué repartir?

Es cierto que cuando no hay historia no puede haber coherencia, y al estar tan lejos de la historia peronista, estos supuestamente “perucas”, más radicales, más neoliberales, vendedores de golosinas y cotillón, y relleno del cupo femenino, no pueden mostrar otra cosa que lo que son, tristes oportunistas de una historia bien conocida en La Rioja. Eso si, bien pagos.

Perón, Evita, Facundo, El Chacho, Felipe, son como estampitas que pagan bien. Son el maquillaje que disimula las ojeras del pecado oficial, el brillo de vestidos que cubren el cuerpo gastado y maloliente de una gestión prostituida, que debe cambiar, que debe reconocer errores, que debe reconocer el éxito ajeno en lugar de sabotearlo, que debe bajar el nivel de mentiras y distribuir los recursos del Pueblo “un poquitito” mejor, que al menos algo vaya a quienes más lo necesitan.
En las antípodas del Bederismo Oficial (hay que aclararlo porque ahora hay un “Beder Oficial”, un “Beder Blue” y un “Beder Paralelo) se celebraron 10 años de un extraño amanecer.

Hace 10 años Amanecía Quintela en La Rioja. “Al principio duele un poquito Beder, pero al final te va a gustar, es algo que se goza cuando se hace con buena leche, con el objetivo de la Felicidad de Pueblo ¿Te acordás lo que significa eso, no? Sí tontito, te hablo de Perón, sonso” (Diálogo que mas de uno, o una, quisiera tener con el Diablo)

Y en aquel amanecer del 2003, una Ciudad Capital comenzaba a vislumbrarse y hoy, hoy está. La construimos entre todos dicen los quintelistas, perdón los peronistas, porque ya casi somos los únicos que quedan en La Rioja. Y sí, yo también, al final me hice ¿Viste?
Hablábamos de los distintos tipos de Béder (lleva acento para parecerse al dólar) que hoy cotizan en La Rioja, porque es bueno aclarar que en la famosa caja oficial bajaron las reservas, entonces cuidando el capital se tomaron recaudos para controlar los “béderes” que salen. Las SAPEM se llevan muchos y nadie los controla, entonces hay que restringir la emisión de béderes. Eso llevó a que los béderes oficiales se vuelvan difíciles de controlar y por ende, de conseguir.

Entonces subió la cotización del “Béder blue”, que los controla Bosetti que tiene la caja llena de béderes auténticos. Pero al no poder solo con esa tarea (Son buenos para los negocios, pero no tanto) aparecieron los “béderes paralelos”, controlados por la Legislatura. Estos están en lucha con los escasos béderes de los Intendentes. Eso sí, cuando los diputados provinciales tomen conciencia del valor de sus” paralelos”, podrán a hacer la gran diferencia, desplazar al dueño de la caja y hacer que La Rioja vuelva a moverse en pesos. Y a los que apuesten al “Béder”…fíjense que pasó con el Austral.

Chicos, dedíquense a informar y a gobernar, no hagan más Güevadas, para eso estoy yo…EL OTRO…
Perdón Don Alipio, me corrí un poco del objetivo. Tanto hablar anoche de Soriano, de Jauretche, me dio un ataque literario. ¡Bah!...de envidia.

Lloviznaba sobre mi corazón, me fui de noche, despacito, triste solitario y final, y encima sin un béder en el bolsillo. Sí…sí, esta bien Don Alipio…ya terminé. (El pasquín quedó tirado en la calle, de madrugada, despellejado al viento, boca abajo, se alcanzaba a leer Réditos Coyunturales) Eso sí, el sábado temprano volví a cantar la marcha.
HASTA EL 20 B.B. ¿AMANECERÁ OTRA VEZ?

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