A menos de un mes de las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias del próximo 14 de agosto, en las que se decidirá qué fórmulas presidenciales podrán competir en octubre, la mayoría de partidos y alianzas ya tienen puesta su atención en cómo sortearlas de la mejor manera posible. Para que sus boletas estén en el cuarto oscuro el día de la elección presidencial, deberán alcanzar al menos el 1,5 por ciento de “los votos válidamente emitidos” a nivel nacional en las primarias. Los partidos y alianzas que no alcancen ese mismo porcentaje en uno o más distritos –de los 25 en los que está dividido el país– no podrán competir por los cargos a diputados y senadores nacionales que se pondrán en juego en cada uno de ellos el 23 de octubre. Los votantes podrán cortar boletas, elegir y completar su voto entre distintos partidos y alianzas para cada uno de los cargos que estarán en disputa.
Las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias nacionales –que debutan el 14 de agosto– serán obligatoria para los 28.685.833 electores empadronados en todo el país. La jueza federal María Servini de Cubría dijo que aquellos ciudadanos que no cumplan su deber de sufragar en las elecciones primarias de agosto no podrán votar en las elecciones generales del 23 de octubre de 2011. Aunque el ministro de Interior, Florencio Randazzo, le bajó el tono a la interpretación de la magistrada y afirmó que quienes no sufraguen en esa instancia igual podrán hacerlo en la elección general de octubre. El funcionario remarcó, de todas formas, la importancia de las primarias, que decidirán quiénes podrán ser candidatos a cada uno de los cargos en juego. Por su carácter de obligatoria, la elección abarcará a todos los empadronados y no sólo a aquellos que estén afiliados a algún partido político.
No pocos partidos, especialmente los más chicos, cifran sus esperanzas en una gran participación ciudadana para poder atravesar las primarias. La elección del 14 de agosto será la segunda valla –la primera fue juntar los avales para participar de las primarias– que deberán sortear partidos y alianzas que aspiran a ser una opción en las presidenciales de octubre. Para ello deberán recolectar al menos el 1,5 por ciento de los “votos válidamente emitidos”, que incluye los votos positivos y en blanco, pero no los nulos.
Es decir, que si votara el 75 por ciento de los empadronados (21,513 millones), cada partido o alianza deberá sumar en todo el país 322 mil votos en las primarias para tener su propia fórmula presidencial en la elección del 23 de octubre.
Pero también deberán sortear esa misma dificultad en cada uno de los 25 distritos electorales del país: sacar al menos “el 1,5 por ciento de los votos válidos en el distrito y para la categoría y cargo en la que pretenda competir en los comicios nacionales”. Las primarias también definirán –además de las fórmulas presidenciales– quiénes serán los candidatos a diputados y senadores nacionales, para renovar la mitad de la Cámara baja (130 bancas) –entre las 24 provincias y la Ciudad Autónoma– y un tercio del Senado (24 bancas), en ocho provincias: Buenos Aires, Formosa, Jujuy, La Rioja, Misiones, San Juan, San Luis y Santa Cruz.
Si se tomaran como ejemplo los resultados de la primera vuelta de la elección porteña, sólo podrían presentar candidatos a diputados nacionales: el PRO (47 por ciento de los votos), el Frente para la Victoria (27,8), Proyecto Sur (12,8), la Coalición Cívica (3,3) y la UCR (2). En cambio, no podrían presentar candidatos a diputados, entre otros, Autodeterminación y Libertad (1,47), el partido de Ricardo López Murphy (1,4), el Frente de Izquierda (0,7) y el duhaldismo (0,29).
Puede darse el caso de que en octubre haya partidos o alianzas que tengan fórmula presidencial en octubre, porque lograron sumar el 1,5 por ciento de los votos emitidos a nivel nacional (como distrito único), pero que no cuenten con candidatos a diputados o senadores en aquellas provincias en las que no hayan logrado superar ese mismo piso.
Las primarias, pensadas como internas abiertas, simultáneas y obligatorias, tienen como objetivo que todos los ciudadanos puedan dirimir los candidatos presidenciales de los partidos o alianzas que se presentan a la elección. Pero la primera experiencia no tendrá contiendas internas: cada partido o alianza concurrirá a las urnas con candidatos o fórmulas únicas. Por eso las boletas en el cuarto oscuro tendrán, además de su número de lista, colores para identificar cada alianza o partido y hasta fotografías de sus candidatos. Si hubiera compulsa interna en algunas de ellas, cada una de las boletas que participe se diferenciaría con una letra.
En casi todos los distritos –salvo las provincias de Buenos Aires, Entre Ríos, San Juan y San Luis –, las boletas tendrán dos cuerpos: uno para la fórmula presidencial y otro para la lista de candidatos a diputados nacionales. En el caso de las ocho provincias que eligen senadores, sumarán un tercer cuerpo.
Los votantes podrán votar una lista completa o cortar boleta y completar su sufragio con dos o tres partidos o alianzas, siempre que haya un solo voto para cada uno de los cargos que se dirimen. Por ejemplo, en Santa Fe, donde la boleta tendrá sólo dos cuerpos, la de candidatos presidenciales y a diputados nacionales, se podrá votar lista completa o también dividir el voto entre dos alianzas diferentes, indistintamente de los cargos. O en Jujuy, donde las boletas tendrán tres cuerpos, se podrá votar la lista completa o elegir un partido o alianza diferente para cargo en juego: para candidato presidencial, para senadores nacionales y para diputados nacionales.