El mensaje de Cristina Fernández caló hondo en el Justicialismo gobernante y ha producido pronunciamientos a favor de la política minera que repercute en Beder Herrera. El lunismo insiste que avala en todo la prédica de la Presidente. El quintelismo aclara que nunca dijo que se oponía a la minería responsable.
La evidencia concreta fue este jueves en la marcha de los antimineros, ya que el quintelismo la vacío de contenido y su líder ordenó a los suyos que tenían prohíbido aparecer en la protesta que se convocó frente a la Legislatura.
Lo hizo el mismísimo Ricardo Quintela, que tensa la cuerda pero nunca la corta, ya que sería un suicidio político. Haber mostrado a su gente con los asambleístas hubiera provocado declararle la guerra a la Presidente, que dispuso la creación de una organización de gobernadores mineros y se ilusiona que las regalías sean la caja de ahorro de la Nación en caso que baje el precio de la soja.
Cuando Carlos Del Giorno preparaba las pancartas y los canticos para la marcha antiminera, que había avalado, el intendente le transmitió que no era conveniente, ya que el griterío contra Luis Beder Herrera hubiera llegado al despacho presidencial.
Si algo sabe el oficialismo es de transmitir información a la Casa Rosada. Por lo cual, le pidió a todos tranquilizarse y solo llevar la discusión a la ley de coparticipación municipal, a través de contactos con el bederismo puro.
Quintela como el viceintendente Armando Molina dicen en voz alta para que todos escuchen que nunca dijeron que se oponían a la minería sino piden que sea responsable.
Obvio que ese discurso beneficia al Gobernador, pero el fondo es que la señora de Olivos no le vaya a llegar un discurso cambiado, ya que el año que viene hay elecciones legislativas y si hay aval, Teresita Quintela sería candidata a diputada nacional.
El mismo día además de la protesta antiminera volvió a escena el lunismo, a través del concejal Enrique Rodríguez, que habló en nombre de la senadora Teresita Luna y del diputado Carlos Luna para que tampoco se malinterprete en la Capital Federal que el sector apoya la política minera nacional.
Como el quintelismo, el lunismo avala y eso repercute en la Residencia Oficial, aunque el mandatario haya iniciado una gira oficial por el exterior.
Así el Justicialismo gobernante o socio en el manejo de la provincia en diferentes rubros han coincidido en la minería que en el verano la veían pero desde la Plaza 25 de Mayo con los ambientalistas, que por esos días eran muchos.
Por eso, el Concejo Deliberante reactivaría un pronunciamiento en pos de la política minera, ese mismo que pasó a comisión, ya que más allá de las diferencias locales un cortocircuito con la Nación es despedirse de la vida política.
De las 15 mil almas, a las 10 mil y luego a las 200 de este jueves hay mucha diferencia. Ya no se vio movilización, ni audio, ni palco, tras que la Casa Rosada se atrevió a decir que su propia gente estaba detrás del pago de esos gastos. Así el mensaje de Cristina Fernández caló hondo en el Justicialismo gobernante.
La evidencia concreta fue este jueves en la marcha de los antimineros, ya que el quintelismo la vacío de contenido y su líder ordenó a los suyos que tenían prohíbido aparecer en la protesta que se convocó frente a la Legislatura.
Lo hizo el mismísimo Ricardo Quintela, que tensa la cuerda pero nunca la corta, ya que sería un suicidio político. Haber mostrado a su gente con los asambleístas hubiera provocado declararle la guerra a la Presidente, que dispuso la creación de una organización de gobernadores mineros y se ilusiona que las regalías sean la caja de ahorro de la Nación en caso que baje el precio de la soja.
Cuando Carlos Del Giorno preparaba las pancartas y los canticos para la marcha antiminera, que había avalado, el intendente le transmitió que no era conveniente, ya que el griterío contra Luis Beder Herrera hubiera llegado al despacho presidencial.
Si algo sabe el oficialismo es de transmitir información a la Casa Rosada. Por lo cual, le pidió a todos tranquilizarse y solo llevar la discusión a la ley de coparticipación municipal, a través de contactos con el bederismo puro.
Quintela como el viceintendente Armando Molina dicen en voz alta para que todos escuchen que nunca dijeron que se oponían a la minería sino piden que sea responsable.
Obvio que ese discurso beneficia al Gobernador, pero el fondo es que la señora de Olivos no le vaya a llegar un discurso cambiado, ya que el año que viene hay elecciones legislativas y si hay aval, Teresita Quintela sería candidata a diputada nacional.
El mismo día además de la protesta antiminera volvió a escena el lunismo, a través del concejal Enrique Rodríguez, que habló en nombre de la senadora Teresita Luna y del diputado Carlos Luna para que tampoco se malinterprete en la Capital Federal que el sector apoya la política minera nacional.
Como el quintelismo, el lunismo avala y eso repercute en la Residencia Oficial, aunque el mandatario haya iniciado una gira oficial por el exterior.
Así el Justicialismo gobernante o socio en el manejo de la provincia en diferentes rubros han coincidido en la minería que en el verano la veían pero desde la Plaza 25 de Mayo con los ambientalistas, que por esos días eran muchos.
Por eso, el Concejo Deliberante reactivaría un pronunciamiento en pos de la política minera, ese mismo que pasó a comisión, ya que más allá de las diferencias locales un cortocircuito con la Nación es despedirse de la vida política.
De las 15 mil almas, a las 10 mil y luego a las 200 de este jueves hay mucha diferencia. Ya no se vio movilización, ni audio, ni palco, tras que la Casa Rosada se atrevió a decir que su propia gente estaba detrás del pago de esos gastos. Así el mensaje de Cristina Fernández caló hondo en el Justicialismo gobernante.
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