domingo, 26 de mayo de 2013

¿Temporada de exorcismos?




Ya sin enemigos que enfrentar, el quintelismo embistió ahora contra el obispo riojano Roberto Rodríguez, al tiempo que volvió a marcar distancias con Nación, a partir de una denuncia que roza el ridículo.

Hace apenas algunos días el Papa Francisco generó una fuerte polémica mediática, luego de que supuestamente hubiera realizado un exorcismo a un hombre mexicano que se encontraba en silla de ruedas. Desde el Vaticano, rápidamente salieron a desmentir la noticia que, sin embargo, recorrió de inmediato el mundo y abrió un nuevo debate en torno a una cuestión que es muy sensible para la Iglesia, al punto que, como tal, no es asumida.

De eso no se habla, pero, se sabe, la de los exorcismos es una práctica común, incluso en esta provincia, donde NUEVA RIOJA supo reflejar el trabajo de los sacerdotes que se dedican exclusivamente a ese tipo de tareas que requieren de una fe casi sobrenatural y que va mucho más allá de los reconocimientos que puedan llegar desde la misma Iglesia que, disimuladamente, suele mirar hacia otro lado.

“Yo no creo en las brujas, pero que las hay, las hay”, suelen decir por allí. Y en una población profundamente católica como lo es la riojana abundan este tipo de relatos de episodios en los que la lucha contra el mal es el estandarte más fuerte y que se arraiga con pasión entre las creencias de propios y extraños, ya que la fe termina conmoviendo hasta a aquellos que no la tienen.

Sin embargo, en tiempos en que las conveniencias políticas apremian porque los plazos electorales se acotan y hay que sacar réditos de donde y como se pueda, cualquier escenario es bueno para pelearse hasta con Dios, o al menos con alguno de sus representantes en la tierra, sobre todo cuando parece que, desde algún sector, va quedando poca gente con la que enfrentarse ya.

Y si algo le faltaba al largamente extraviado quintelismo, eso era pretender plantear un cruce con la Iglesia riojana, siempre con el mismo objetivo de tratar de desestabilizar a todo aquel que se exprese en contrario a las aspiraciones Q, siempre tan frágiles.

El sector que encabeza el intendente Quintela, se sabe, viene rompiendo relaciones a diestra y siniestra, sin mediar el más mínimo análisis en relación a las posibles consecuencias, como lógico resultado, claro está, de la oda a la improvisación en la que se ha convertido el palacio Ramírez de Velasco.

Pero nadie esperaba, no obstante -e incluso en un contexto de conflictividad permanente-, que la arremetida fuera ahora contra el obispo Roberto Rodríguez quien en el último tiempo no hizo más que un llamado permanente al diálogo, al entendimiento y a la recuperación de la paz social que algunos intentan seguir corrompiendo.

La embestida, en esta ocasión, llegó desde el Concejo Deliberante capitalino, a todas luces, recinto de una de las mayores expresiones de falta de ideas y exceso de provocaciones que puede mostrar un quintelismo desorientado que, como consecuencia lógica, insiste en fracturar las alianzas que antes supo defender a ultranza.

¿O acaso puede escapar a alguien que el quintelismo todo buscó refugio en más de una ocasión en el Obispado? ¿O acaso alguien puede olvidar el sin fin de reuniones que funcionarios municipales de distinto nivel mantuvieron con el ahora castigado Rodríguez?

Y eso, claro está, no puede confundirse con la permanente vocación al diálogo que caracteriza a un Obispo riojano que, más allá de muchas críticas que se le puedan hacer -y a nadie escapa tampoco que en ciertos casos son reales-, nunca le cerró las puertas del Obispado a nadie. ¿Qué habrá puesto de mal humor entonces al quintelismo como para que el blanco ahora sea el Obispo?

A saber, la mayoría oficialista Q en el Concejo Deliberante, a través de los ediles Daniel Marcos y José Pistek cuestionó a Roberto Rodríguez por no mediar en conflictos sociales locales y que se “mantenga como un funcionario de gobierno que prefiere la comodidad del poder”. “Lamentablemente la autoridad de la Iglesia riojana, no sólo no escucha la voz de su rebaño, sino que hace oídos sordos a los pedidos de mediación que a diario se le solicitan. Pedidos que más allá de las cuestiones salariales, llegan al corazón mismo de la condición humana”, indicaron Marcos y Pistek, a partir de un proyecto de declaración que finalmente fue aprobado con el Nº146.

Ahora bien ¿de qué pedido de mediación hablan los concejales? Tal parece ser que el enojo con el obispo Rodríguez surge por lo que consideran una falta de atención del líder de la Iglesia riojana al reclamo salarial que vienen realizando los trabajadores deliberantes, al mismo tiempo que le endilgan “estar del otro lado” en relación a la situación del cuestionado párroco famatinense Omar Quinteros.

El reclamo quintelista, que viene a cuestionar al mismo tiempo el rol de la Iglesia -de la que tantas veces pidió que no se inmiscuyera en cuestiones políticas-, no tardó en recibir una respuesta conciliadora por parte de Rodríguez, quien contrario a lo que desde el sector del intendente capitalino se aguardaba, prefirió responder con tranquilidad y sin agravios, expresando no querer “entrar en el desencuentro político porque no me corresponde. Mi tarea de Obispo es ver las cosas desde arriba, buscando en el Evangelio las cosas que acerquen y de crear una cultura del encuentro más que la del desencuentro” que -se entiende- propone como un dogma el quintelismo.

No obstante, no dejó pasar la ocasión Rodríguez para recordarle a uno de los críticos concejales que le había propuesto una serie de acciones conjuntas en materias como la del embarazo adolescente y que nunca quiso llevar a cabo. Lo que marca el Obispo no es más que la realidad palpable de un sector que habla mucho, pero hace muy poco.

Y en todo caso, ya que desde el quintelismo se busca ahora modificar el rol de la Iglesia en relación a la sociedad, podría proponérsele a los ediles capitalinos que eleven una plegaria en nombre de la sociedad para que finalmente el Señor interceda por todos y cada uno de los riojanos que aguardan por calles sin cráteres, por una iluminación a la misma altura que la que muestra el palacio Ramírez de Velasco, por una correcta y eficiente recolección y tratamiento de los residuos, por que mejore rápidamente el servicio de transporte público de pasajeros y, por sobre todas las cosas, que el quintelismo devuelva la ciudad de los sueños de la “década olvidada”, o para el olvido.

¿Podrán desde el Obispado con todo eso? ¿O será mejor, tal vez, elevar la demanda al Papa Francisco para que resuelva si por los pagos del Concejo Deliberante capitalino es necesario abrir la temporada de exorcismos?

De Nación, lejos

Algunas cuestiones dentro del escenario político local no dejan de ser llamativas. O al menos no deja de ser sorprendente la manera de expresar posicionamientos que generan muchas más dudas que certezas. No es lo que ocurre con el alineamiento del Gobierno provincial con Nación, que no puede escapar a nadie, más allá de cualquier especulación que se pretenda tejer entre filas opositoras, a los fines de generar confusión.

Mañana, el gobernador Beder Herrera firmará convenios con Nación en el marco del plan nacional “Más Cerca: Más Municipio, Mejor País, Más Patria” con el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido y funcionarios nacionales, en un acto que tendrá lugar en Casa Rosada.

Y esta firma, vendrá a ratificar la estrecha relación entre uno y otro, vislumbrándose además a través de una acción inmediata con obras de 10 a 12 meses de plazo que generarán fuerte impacto en la economía local, tanto en materia de empleo como en la utilización de PYMES, cooperativas y proveedores locales.

En este mismo sentido se expresó el intendente de Chilecito, Lázaro Fonzalida, quien viene llevando adelante ingentes gestiones ante Nación en favor de su municipio y que ahora se traducirán en el monto de 16 millones de pesos destinados a veredas, cordones cuneta y cloacas, entre otras obras.

Lo llamativo es, justamente, que mientras esto ocurre no sólo en Chilecito sino en la mayoría de los departamentos que vienen trabajando codo a codo con el Gobierno provincial, en la Capital aún siguen pensando que poner palos en la rueda puede resultar beneficioso y que no tener una idea clara de hacia dónde se va, puede dirigir a algún lado.

Una vez más, el quintelismo, a través de su inefable concejal twittero Ernesto “Harry” Pérez puso en evidencia las interminables contradicciones de un sector que -afirman algunos altos funcionarios- huele mucho más a calas que a rosas.
Esta vez, el “Lanata” o “Lilita Carrió” riojano, como gustan mencionarlo algunos colegas, la emprendió contra la licitación de la obra vial La Rioja-Chilecito por el Velasco, afirmando que se trataba de un caso de grave corrupción en la adjudicación de obras por parte de la Provincia, sin tener en cuenta que la mencionada es una obra que se financia enteramente con fondos de Nación y que se maneja íntegramente desde la Casa Rosada.

No por nada, las denuncias motivaron la respuesta, también vía Twitter, del subsecretario de Obras Públicas de la Nación, Abel Fatala, quien dijo que las obras se hacen en forma coordinada con las provincias y lamentó las críticas del quintelismo, en tanto que en el funcionariato nacional movió a risa la embestida de Pérez del que, por otra parte, absolutamente nadie tenía referencia.

Así fue como “Harry” logró trascender sin pena ni gloria las fronteras riojanas, aunque no sin dejar de exponer una vez más el franco alejamiento del quintelismo respecto de Nación, dejando atrás así aquellas épocas en que se defendía al kirchnerismo a ultranza.

El palmario desconocimiento técnico de Pérez en relación a los procesos de licitación, la condición y requisitos de las empresas que se presentan y los trámites de conformación de unidades transitorias de empresa, no hace más que poner en evidencia el vacío en que se sumerge una oposición que dista mucho de construir y que se desangra desde adentro.
Y ni siquiera el alejamiento del resistido Juan José De Leonardi pudo poner paños fríos en una interna quintelista que desgrana al sector y cuestiona las decisiones de su máximo líder, que incluso en el pretendido homenaje que le realizó al ex secretario de Obras Públicas, en el marco de una reunión de gabinete ampliado para despedirlo, recibió a cambio la indignación de muchos que siempre observaron a De Leonardi como un extraño al quintelismo a excepción, claro está, de alguna dama entrada en años que soltó, sin embargo, más palabras que lágrimas.

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