LAMENTABLE DECESO
Desde el Hospital Enrique Vera Barros informaron el deceso de dos menores: una beba de cinco meses que ingresó con un episodio cardiorespiratorio y una niña de dos años, que falleció tras una picadura de alacrán. El martes pasado, se registró el fallecimiento de una menor apellidada Valenzuela de 5 meses, que ingresó con episodio cardiorespiratorio y falleció en el nosocomio.
En tanto, una menor de apellido Codocea, dos años, ingresó y falleció por picadura de alacrán. De los pacientes en estado Grave, se informó que Sergio Córdoba ingresó con politraumatismos y pérdida del conocimiento tras un accidente de tránsito.
El director médico del Hospital regional, Miguel Romero informó que el caso de la niña de dos años que ingresó picada por un alacrán se atendió como a todos los que asisten con esa afección, colocándole el antídoto contra el veneno pero no hubo caso y se produjo el triste fallecimiento.
“Tenemos el antiveneno en el Hospital pero no tenemos por qué se producen estos casos en los que el cuerpo no reacciona a ese medicamento”, dijo.
Destacó por otro lado la celeridad con la que se debe actuar en este tipo de casos para que los médicos puedan colocar el antídoto y que haga un efecto en los organismo. “Cuando más rápido se actúe, mejor”, indico.
A raíz de este fatídico caso, es necesario dar a conocer medidas preventivas para evitar más picaduras de alacranes.
Por ello se pide a la población que controle y evite la presencia de alacranes en sus domicilios y tome recaudos necesarios en aquellos sitios donde pueden proliferar estos arácnidos.
En este caso se recuerda que al sufrir una picadura, se debe recurrir a la consulta médica con urgencia a fin de que se evalúe la gravedad del envenenamiento y, si fuera necesario, se aplique el antídoto correspondiente, que debe administrar en forma gratuita cada hospital.
Cabe destacar que la picadura del alacrán de la especie Tityus trivittatus (la más venenosa de las presentes en el país) puede ser peligrosa sobre todo en ancianos o niños y en personas con problemas de salud (por ejemplo, hipertensos, cardiópatas o diabéticos), en los que la atención médica debe realizarse con mayor urgencia que en un adulto sin afecciones.
Medidas de prevención
El control de la especie Tityus trivittatus debe realizarse por medio de la fumigación de los edificios y el control del ingreso de los escorpiones a los domicilios, en las cámaras subterráneas, cañerías, sótanos y huecos de las paredes en los que pueden encontrarse.
Deben controlarse las entradas y salidas de cañerías de las casas, así como las aberturas y hendiduras por donde podrían ingresar a la casa o moverse entre los compartimentos. Para ello, se aconseja el sellado de grietas, colocación de rejillas adecuadas en los desagües y de tapas adecuadas en las salidas y entradas de cañerías.
En Argentina, si bien existen numerosas especies de escorpiones, hasta la fecha solamente se ha asociado a accidentes graves y muertes en el humano a la especie Tityus trivittatus (Familia Buthiidae), especie también presente en La Rioja.
La Tityus trivittatus es una especie que se encuentra preferentemente en ámbitos urbanos y en estrecho contacto con el hombre, dado que habita en galerías subterráneas, sótanos, cañerías, túneles, oquedades de paredes y lugares de características parecidas, donde estos arácnidos pueden proveerse de alimento sin mayor competencia y a su vez están libres de otros predadores, con la sola excepción del ser humano.
Esta especie presenta pedipalpos con pinzas finas y largas. Bajo su aguijón se observa una apófisis, o espina subaculear, por lo que a simple vista da la apariencia de poseer un aguijón doble. También cuenta con una placa esternal simple, no dividida. La longitud total en adultos es de hasta 65 mm.
Cuenta con peines con 18 a 22 dientes pectíneos en hembras y 20 a 22 en machos. Palpos largos y finos. Se observan 11 a 17 filas oblicuas de dientes en el borde interior de los dedos de la pinza. Una hilera de crestas recorren su dorso. Su patrón de coloración presenta un tono de fondo amarillo-rojizo en donde destacan 3 bandas castaño-oscuras que recorren longitudinalmente su dorso. Las patas carecen de manchas.
El signo más destacado del envenenamiento por esta especie de escorpión es el dolor agudo y de alta intensidad que se produce en el lugar de picadura inmediatamente tras inyectar el animal su veneno. El envenenamiento puede ser sólo local, con gran dolor en la zona de la picadura, el que puede extenderse hacia el tronco con el correr del tiempo, sin producir daño en los tejidos en los que se produjo la picadura (independientemente del tiempo transcurrido desde la misma).
En estos casos, no corre peligro la vida del sujeto picado. Cuando existe envenenamiento generalizado, también hay dolor local, pero el veneno al distribuirse afecta diferentes partes del sistema nervioso autónomo y otros tejidos que complican el cuadro.
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