Todos se resisten a la medida anunciada ayer por inspectores municipales que los llevaría a utilizar otras paradas alternativas. Sin embargo, el intendente Fayad desmintió terminantemente la versión.
Parada fija. Roberto Rodríguez lleva 20 años lustrando zapatos en la avenida San Martín, casi Peatonal, y tiene varios clientes.
Que si... que no. Las voces están encontradas. Lustradores de zapatos confiaron a Los Andes que inspectores municipales les pidieron ayer "que dejaran la avenida San Martín y se ubicaran en las calles laterales". Sin embargo la versión, horas después y vía telefónica, fue desmentida por el intendente Víctor Fayad.
Algunos no descartaron buscar el patrocinio de un abogado "para que defienda nuestra fuente de trabajo", mientras que otros desafiaron: "De acá no me van a mover". Y amenazaron: "Si me tengo que atar a la columna lo voy ha hacer", pero correrme a las calles laterales "no es negocio".
A Ramón Villa (casado, 9 hijos y 16 nietos) todos lo conocen como "Palomo" y lustra desde hace 40 años en la misma esquina. Y fue uno de los denunciantes: "Acá vino un inspector que se presentó y mostró su credencial y me dijo que tenía que correrme. Así de simple".
La decisión no fue aceptada, pero la versión comenzó a circular de boca en boca. Y todos los "lustras" al medio día ya tenían conocimiento de lo que "se estaba cocinando", según lo graficó a este diario Armando Bernardo Tejada (70), que desde 1960 tiene su parada en la esquina de avenida San Martín y Buenos Aires.
Desde los despachos oficiales de la comuna capitalina no hubo respuesta. El teléfono del director de Comercio e Inspección General "estaba apagado", aseguraron desde la oficina de prensa, aunque más tarde el propio jefe comunal desmintió totalmente la versión. Vía telefónica aseguró:"Esta gente forma parte del paisaje de la ciudad. No los vamos a sacar". Tras lo cual remató: "Acá parece que cualquiera dice cualquier cosa".
Pero hoy todos están preocupados. Algunos hablan de un rumor, mientras que otros, aseguran haber sido "visitados" por inspectores municipales quienes les anticiparon que "no podrán estar en la principal avenida y deberán ubicarse a metros de la misma esquina pero sobre las calles laterales" (Espejo, Peatonal Sarmiento, Gutiérrez y Buenos Aires, entre otras). "Es como cortarme los brazos, si acá no molesto a nadie", confió Daniel Alvarez, con más de 60 años y una década de lustradas.
Otros, los más memoriosos, recuerdan que "esto ya pasó" en referencia a cuando el actual intendente Victor Fayad impulsó las reformas de la avenida San Martín. "Nos corrieron a todos, aunque después que se terminaron las obras, volvimos a ubicarnos en el lugar de siempre".
Estos hombres vieron crecer y transformar la ciudad desde el umbral de la vereda. Como los quioscos de flores, forman parte de la escenografía que le da vida a esta avenida San Martín, con su empedrado y sus cunetas.Pero también se los puede ver, como en pocas ciudades, sobre las calles 9 de Julio, Las Heras, Colón, San Juan o Vicente Zapata.
Supieron ser cientos y llegaron a tener su propio sindicato que los agrupaba e incluso había salones de lustrado.
Hoy no alcanzan a los 40 hombres que a fuerza de cepillo y paño le dan brillo a los zapatos de decenas de personas. Muchos de ellos se muestran en total desacuerdo con la medida. "Soy cliente de años y no es lo mismo venir acá (una tradicional esquina)que salir a buscarlo a otro lugar", confió Roberto Dimarco, con el pie sobre el cajón. Comentario que se repiten frente a los lustradores Ramón, Manuel, Daniel o Armando, que llevan varios años de experiencia en paradas fijas: San Martín y Espejo; frente al Automóvil Club Argentino; haciendo esquina al banco de la Nación y en la principal avenida con Buenos Aires
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Algunos no descartaron buscar el patrocinio de un abogado "para que defienda nuestra fuente de trabajo", mientras que otros desafiaron: "De acá no me van a mover". Y amenazaron: "Si me tengo que atar a la columna lo voy ha hacer", pero correrme a las calles laterales "no es negocio".
A Ramón Villa (casado, 9 hijos y 16 nietos) todos lo conocen como "Palomo" y lustra desde hace 40 años en la misma esquina. Y fue uno de los denunciantes: "Acá vino un inspector que se presentó y mostró su credencial y me dijo que tenía que correrme. Así de simple".
La decisión no fue aceptada, pero la versión comenzó a circular de boca en boca. Y todos los "lustras" al medio día ya tenían conocimiento de lo que "se estaba cocinando", según lo graficó a este diario Armando Bernardo Tejada (70), que desde 1960 tiene su parada en la esquina de avenida San Martín y Buenos Aires.
Desde los despachos oficiales de la comuna capitalina no hubo respuesta. El teléfono del director de Comercio e Inspección General "estaba apagado", aseguraron desde la oficina de prensa, aunque más tarde el propio jefe comunal desmintió totalmente la versión. Vía telefónica aseguró:"Esta gente forma parte del paisaje de la ciudad. No los vamos a sacar". Tras lo cual remató: "Acá parece que cualquiera dice cualquier cosa".
Pero hoy todos están preocupados. Algunos hablan de un rumor, mientras que otros, aseguran haber sido "visitados" por inspectores municipales quienes les anticiparon que "no podrán estar en la principal avenida y deberán ubicarse a metros de la misma esquina pero sobre las calles laterales" (Espejo, Peatonal Sarmiento, Gutiérrez y Buenos Aires, entre otras). "Es como cortarme los brazos, si acá no molesto a nadie", confió Daniel Alvarez, con más de 60 años y una década de lustradas.
Otros, los más memoriosos, recuerdan que "esto ya pasó" en referencia a cuando el actual intendente Victor Fayad impulsó las reformas de la avenida San Martín. "Nos corrieron a todos, aunque después que se terminaron las obras, volvimos a ubicarnos en el lugar de siempre".
Estos hombres vieron crecer y transformar la ciudad desde el umbral de la vereda. Como los quioscos de flores, forman parte de la escenografía que le da vida a esta avenida San Martín, con su empedrado y sus cunetas.Pero también se los puede ver, como en pocas ciudades, sobre las calles 9 de Julio, Las Heras, Colón, San Juan o Vicente Zapata.
Supieron ser cientos y llegaron a tener su propio sindicato que los agrupaba e incluso había salones de lustrado.
Hoy no alcanzan a los 40 hombres que a fuerza de cepillo y paño le dan brillo a los zapatos de decenas de personas. Muchos de ellos se muestran en total desacuerdo con la medida. "Soy cliente de años y no es lo mismo venir acá (una tradicional esquina)que salir a buscarlo a otro lugar", confió Roberto Dimarco, con el pie sobre el cajón. Comentario que se repiten frente a los lustradores Ramón, Manuel, Daniel o Armando, que llevan varios años de experiencia en paradas fijas: San Martín y Espejo; frente al Automóvil Club Argentino; haciendo esquina al banco de la Nación y en la principal avenida con Buenos Aires
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