Gritos desaforados, música a gran volumen, corridas, picadas, fue lo que encendió la alarma de los vecinos. Lo que gran parte de la sociedad sospecha parece confirmarse con este hecho: los after pululan por la protección oficial. La Residencia II cada fin de semana se convierte en un after del todo vale, por el nulo o tibio control de la Vicegobernadora.
Hace tiempo que La Rioja se convirtió en un eslabón más de la perversa cadena del consumo de alcohol y droga en los jóvenes. Los recientes procedimientos realizados tanto por la Policía Federal como por la Policía de la Provincia, en distintos lugares de Capital y del interior, así lo confirman.
Además, semana a semana los partes de prensa de los organismos de seguridad destinaron un apartado casi exclusivo para dar cuenta de las detenciones, clausuras, y jóvenes accidentados por excesos de alcohol y las drogas.
Hoy, la Residencia II y la persona de la Vicegobernadora, se encuentran en el ojo de la tormenta.
El fin de semana último los vecinos se vieron sorprendidos por los gritos desaforados de jovencitas, música a gran volumen, corridas y picadas.
Pero lo más llamativo fue que provenían de la Residencia II, y los vecinos manifiestan que no es la primera vez que esto sucede lo cual habla a las claras de que la práctica no es inocente ni inédita, sino seguramente habitual.
Muchos especialistas de todo el país en la lucha contra la adicción (alcohol y drogas) en los jóvenes, aseguran que, según estadísticas, en provincias como La Rioja, los accidentes y muerte de los jóvenes van de la mano con estos flagelos.
La Residencia II se convierte, así, según vecinos, en un lugar estratégico en este circuito nefasto de excesos.
La Vicegobernadora, como segunda autoridad de la provincia debe ser un elemento clave para cerrar las puertas al veneno que destruye tantas vidas jóvenes en nuestra provincia, mas en el lugar donde reside.
Si los controles o las medidas preventivas no se intensifican a partir de ahora, nos encontraremos o ante una administración incapaz o, lo que es peor aún, ante una administración cómplice.
Además, semana a semana los partes de prensa de los organismos de seguridad destinaron un apartado casi exclusivo para dar cuenta de las detenciones, clausuras, y jóvenes accidentados por excesos de alcohol y las drogas.
Hoy, la Residencia II y la persona de la Vicegobernadora, se encuentran en el ojo de la tormenta.
El fin de semana último los vecinos se vieron sorprendidos por los gritos desaforados de jovencitas, música a gran volumen, corridas y picadas.
Pero lo más llamativo fue que provenían de la Residencia II, y los vecinos manifiestan que no es la primera vez que esto sucede lo cual habla a las claras de que la práctica no es inocente ni inédita, sino seguramente habitual.
Muchos especialistas de todo el país en la lucha contra la adicción (alcohol y drogas) en los jóvenes, aseguran que, según estadísticas, en provincias como La Rioja, los accidentes y muerte de los jóvenes van de la mano con estos flagelos.
La Residencia II se convierte, así, según vecinos, en un lugar estratégico en este circuito nefasto de excesos.
La Vicegobernadora, como segunda autoridad de la provincia debe ser un elemento clave para cerrar las puertas al veneno que destruye tantas vidas jóvenes en nuestra provincia, mas en el lugar donde reside.
Si los controles o las medidas preventivas no se intensifican a partir de ahora, nos encontraremos o ante una administración incapaz o, lo que es peor aún, ante una administración cómplice.