En la Cámara Alta se generó un cruce de opiniones por la supuesta compra de votos. Elisa Carrió ratificó la denuncia, que para Pichetto es poco seria.
Jaime Rosemberg
LA NACION
Un día después de que cuatro legisladores denunciaran la compra de votos en el Senado por parte del Gobierno, el kirchnerismo y distintos bloques cruzaron ayer duras acusaciones sobre el tema, situación que remite al escándalo por pago de sobornos en esa Cámara durante el gobierno de la Alianza, una década atrás.
El senador Luis Juez (Partido Nuevo) y la diputada Patricia Bullrich (Coalición Cívica) dieron crédito a las sospechas sobre presuntas prebendas y sobornos que anteayer, en la Sociedad Rural, expresaron públicamente los diputados Felipe Solá y Elisa Carrió y los senadores Gerardo Morales y Josefina Meabe.
Desde el oficialismo, el jefe del bloque kirchnerista, Miguel Pichetto (FPV-Río Negro), calificó de "poco serias" las acusaciones e interpretó que los opositores "persiguen debilitar a aquellos legisladores que tienen una mirada responsable y en algunas ocasiones votaron en el recinto con el Gobierno".
Carrió reafirmó sus acusaciones. "Otra forma de comprar [votos] es llevarse de viaje a los senadores nuevos. Eso siempre pasó", sostuvo, en referencia a la reciente gira de la presidenta Cristina Kirchner por China, de la que participaron las senadoras oficialistas Ada Iturrez y Marina Riofrío, contrarias al proyecto de matrimonio gay aprobado en el Senado hace dos semanas.
"Evidentemente hay una serie de votos que responden a incentivos que todavía no están muy claros cuales son, pero evidentemente no tienen que ver con la convicción", afirmó la diputada Patricia Bullrich a LA NACION.
Según la diputada y referente de Elisa Carrió en la Cámara baja, "los senadores (opositores) indican que hay una serie de votos que no saben por dónde van a ir porque no saben cómo van a reaccionar algunos de sus compañeros ante los incentivos que les da el Gobierno".
El senador Luis Juez (Partido Nuevo-Córdoba) también se hizo eco de la denuncia. "El nivel de apriete en el Senado es muy fuerte (?) Hay senadores que siempre tienen una excusa para coincidir con el oficialismo cuando lo coherente sería seguir acompañando las propuestas de la oposición."
Para el legislador cordobés, a los opositores que votan con el oficialismo "hay que mandarlos en cana con nombre y apellido, porque el año que viene hay elecciones. Ahí vamos a poder evaluar quién actúa con convicción y quién por conveniencia. Hay tipos que les encantan las mieles del poder y los viajes".
En su edición de ayer, LA NACION dio cuenta de palabras de la senadora correntina Josefina Meabe en un debate en La Rural. "Voy a decirles la verdad. El Gobierno usa en el Senado un mecanismo que nosotros en la oposición no podemos solventar", disparó. Enseguida, el jujeño Gerardo Morales (UCR), el bonaerense Felipe Solá (Peronismo Federal) y Carrió hablaron de un gobierno que "sale de shopping cuando les faltan votos" y de "compra de senadores" en caso de que el oficialismo necesite más manos levantadas en favor de un determinado proyecto de ley.
Las sospechas opositoras se centran en las actitudes de Carlos Menem (PJ-La Rioja) y Roxana Latorre (PJ-Santa Fe), que apoyaron al Ejecutivo o se ausentaron en votaciones clave en los últimos meses.
Silencio
Pero la bancada radical también puso sus ojos en los apoyos incondicionales a la Casa Rosada de José Martínez y María Rosa Díaz (ex aristas de Tierra del Fuego que gobierna Fabiana Ríos); en las sugestivas ausencias del siempre presidenciable Carlos Reutemann (PJ-Santa Fe); y en el voto positivo del ex CC Samuel Cabanchik (Probafe); Carlos Verna y María Higonet (PJ-La Pampa), y la peronista disidente Graciela Di Perna (Chubut) en temas puntuales debatidos desde abril último.
LA NACION intentó comunicarse con los senadores, pero en la mayoría de los casos obtuvo sólo silencio. Díaz se negó a responder las acusaciones cuando se enteró del tema, y cerca de Menem negaron las acusaciones.
"Sinceramente, hay votos suyos que llaman la atención, y que no tienen explicación. Pero Carlos sigue teniendo los mismos problemas judiciales, su situación no mejoró en nada", afirmaron en el entorno del ex presidente, que se abstuvo en el tratamiento del pliego de Mercedes Marcó del Pont como titular del Banco Central, se ausentó cuando se debatieron la creación del fondo de desendeudamiento y el matrimonio gay.
Enojado por las acusaciones, Pichetto respondió con todo. "No tienen ninguna seriedad estos dichos y comentarios (?) es menoscabar a aquellos senadores que han votado en alguna oportunidad con el oficialismo. Y se lo está haciendo para evitar que vuelvan a votar con el oficialismo".
En alusión al bloque de la UCR que encabeza Morales, el jefe de la bancada kirchnerista afirmó: "Algunos opositores buscan disimular su incapacidad a la hora de lograr la mayoría en el Senado, lanzando sospechas hacia los demás senadores", y calificó de "patético tanto que algunos legisladores opositores hayan intentado manchar con sospechas a senadores ayer, como el escenario que eligieron para hacerlo: fueron a arrodillarse ante el templo de la Sociedad Rural".
Distintos referentes de la oposición coincidieron en que intentarán llegar a esclarecer la cuestión en la próxima reunión bicameral de bloques, por desarrollarse la primera semana del mes próximo.
LA NACION
Un día después de que cuatro legisladores denunciaran la compra de votos en el Senado por parte del Gobierno, el kirchnerismo y distintos bloques cruzaron ayer duras acusaciones sobre el tema, situación que remite al escándalo por pago de sobornos en esa Cámara durante el gobierno de la Alianza, una década atrás.
El senador Luis Juez (Partido Nuevo) y la diputada Patricia Bullrich (Coalición Cívica) dieron crédito a las sospechas sobre presuntas prebendas y sobornos que anteayer, en la Sociedad Rural, expresaron públicamente los diputados Felipe Solá y Elisa Carrió y los senadores Gerardo Morales y Josefina Meabe.
Desde el oficialismo, el jefe del bloque kirchnerista, Miguel Pichetto (FPV-Río Negro), calificó de "poco serias" las acusaciones e interpretó que los opositores "persiguen debilitar a aquellos legisladores que tienen una mirada responsable y en algunas ocasiones votaron en el recinto con el Gobierno".
Carrió reafirmó sus acusaciones. "Otra forma de comprar [votos] es llevarse de viaje a los senadores nuevos. Eso siempre pasó", sostuvo, en referencia a la reciente gira de la presidenta Cristina Kirchner por China, de la que participaron las senadoras oficialistas Ada Iturrez y Marina Riofrío, contrarias al proyecto de matrimonio gay aprobado en el Senado hace dos semanas.
"Evidentemente hay una serie de votos que responden a incentivos que todavía no están muy claros cuales son, pero evidentemente no tienen que ver con la convicción", afirmó la diputada Patricia Bullrich a LA NACION.
Según la diputada y referente de Elisa Carrió en la Cámara baja, "los senadores (opositores) indican que hay una serie de votos que no saben por dónde van a ir porque no saben cómo van a reaccionar algunos de sus compañeros ante los incentivos que les da el Gobierno".
El senador Luis Juez (Partido Nuevo-Córdoba) también se hizo eco de la denuncia. "El nivel de apriete en el Senado es muy fuerte (?) Hay senadores que siempre tienen una excusa para coincidir con el oficialismo cuando lo coherente sería seguir acompañando las propuestas de la oposición."
Para el legislador cordobés, a los opositores que votan con el oficialismo "hay que mandarlos en cana con nombre y apellido, porque el año que viene hay elecciones. Ahí vamos a poder evaluar quién actúa con convicción y quién por conveniencia. Hay tipos que les encantan las mieles del poder y los viajes".
En su edición de ayer, LA NACION dio cuenta de palabras de la senadora correntina Josefina Meabe en un debate en La Rural. "Voy a decirles la verdad. El Gobierno usa en el Senado un mecanismo que nosotros en la oposición no podemos solventar", disparó. Enseguida, el jujeño Gerardo Morales (UCR), el bonaerense Felipe Solá (Peronismo Federal) y Carrió hablaron de un gobierno que "sale de shopping cuando les faltan votos" y de "compra de senadores" en caso de que el oficialismo necesite más manos levantadas en favor de un determinado proyecto de ley.
Las sospechas opositoras se centran en las actitudes de Carlos Menem (PJ-La Rioja) y Roxana Latorre (PJ-Santa Fe), que apoyaron al Ejecutivo o se ausentaron en votaciones clave en los últimos meses.
Silencio
Pero la bancada radical también puso sus ojos en los apoyos incondicionales a la Casa Rosada de José Martínez y María Rosa Díaz (ex aristas de Tierra del Fuego que gobierna Fabiana Ríos); en las sugestivas ausencias del siempre presidenciable Carlos Reutemann (PJ-Santa Fe); y en el voto positivo del ex CC Samuel Cabanchik (Probafe); Carlos Verna y María Higonet (PJ-La Pampa), y la peronista disidente Graciela Di Perna (Chubut) en temas puntuales debatidos desde abril último.
LA NACION intentó comunicarse con los senadores, pero en la mayoría de los casos obtuvo sólo silencio. Díaz se negó a responder las acusaciones cuando se enteró del tema, y cerca de Menem negaron las acusaciones.
"Sinceramente, hay votos suyos que llaman la atención, y que no tienen explicación. Pero Carlos sigue teniendo los mismos problemas judiciales, su situación no mejoró en nada", afirmaron en el entorno del ex presidente, que se abstuvo en el tratamiento del pliego de Mercedes Marcó del Pont como titular del Banco Central, se ausentó cuando se debatieron la creación del fondo de desendeudamiento y el matrimonio gay.
Enojado por las acusaciones, Pichetto respondió con todo. "No tienen ninguna seriedad estos dichos y comentarios (?) es menoscabar a aquellos senadores que han votado en alguna oportunidad con el oficialismo. Y se lo está haciendo para evitar que vuelvan a votar con el oficialismo".
En alusión al bloque de la UCR que encabeza Morales, el jefe de la bancada kirchnerista afirmó: "Algunos opositores buscan disimular su incapacidad a la hora de lograr la mayoría en el Senado, lanzando sospechas hacia los demás senadores", y calificó de "patético tanto que algunos legisladores opositores hayan intentado manchar con sospechas a senadores ayer, como el escenario que eligieron para hacerlo: fueron a arrodillarse ante el templo de la Sociedad Rural".
Distintos referentes de la oposición coincidieron en que intentarán llegar a esclarecer la cuestión en la próxima reunión bicameral de bloques, por desarrollarse la primera semana del mes próximo.