jueves, 10 de septiembre de 2009

Gloria de la Vega presenta su primer CD el 17 de septiembre



“Atávica se identifica con esto que naturalmente surge desde adentro"
Con un disco profundo e intenso de la Vega busca transmitir costumbres ancestrales, instintos heredados. En diálogo , la joven intérprete recordó sus primeros pasos en el canto y las experiencias que la enriquecieron. También se lamentó de la ausencia actual de los certámenes folklóricos provinciales, como semilleros de artistas, y expresó su deseo de que una fuerte formación musical en las escuelas comience a ganar terreno como ya lo hizo el teatro.
 

Gloria de la Vega (28) canta desde niña, tiene tres hijas con su pareja Jorge Gigena y es maestra jadinera. Los primeros pasos de su carrera artística comenzó en el secundario, luego participó en algunas obras locales y después la vida familiar le consumió la mayor parte de su tiempo. Desde hace unos años comenzó a volver a los escenarios y el jueves 17 de septiembre presenta su primer disco, Atávica, en el Teatro Provincial Víctor María Cáceres. Compartirá escenario con artistas invitados que participaron en el disco como Librevoz, Tubo Moya, Luis Chazarreta y un Ballet de amigos, entre otros. También prometen que habrá una sorpresa.

En diálogo, Gloria de la Vega estuvo acompañada por Gigena, quien además de productor de su disco, es un reconocido guitarrista del ambiente musical local. También fue el arreglador de la mayoría de los temas e incluso compositor de uno inédito que lleva letra del multifacético Jorge Ponce. El disco tiene 15 temas y De la Vega se dio el gusto de poner en este trabajo a las vidaleras de Chilecito, Nuevas Raíces, que en definitiva tienen mucho que ver con el espíritu del disco: adentrarse en la herencia, en los antepasados, en las costumbres ancestrales. “Las letras de las vidalas tienen mucho que ver con eso. Es como una carta de presentación del disco”, explica de la Vega. Y recuerda lo que dicen en la primera estrofa: “Las raíces no se secan, alguien las hace brotar, sangre de indio yo llevo por eso quiero cantar”.

P: ¿Cuándo comenzás s a cantar?
-Gloria de la Vega (GV): Yo comencé en el `96, en la Escuela Normal, donde es ahora el edificio viejo. Estaban renovando el grupo que representaba a la escuela en certámenes en Saldán, en Cruz del Eje, viajábamos a diferentes lugares. En un primero momento era del grupo del ballet, la pareja de danza de la escuela. Un día me escuchan cantar un tema en inglés que se llama Triángulo de Amor Extravagante. Me gustaba muchísimo. Habían dejado los equipos en el salón de actos de la escuela, estaba vacío. Solo estaban alumnos y compañeros y en confianza me puse a cantar. Y apareció la profesora y me dice que necesitaban que alguien cantara para el certamen de Saldán, porque no tenían solista en ese momento. Eso fue a los 15 años.

En este sentido de la Vega atribuye su primer contacto con la música a sus propiso padres. “Ellos van al Coro Kuntur desde jóvenes, allí se conocen, después cuando nos tienen a nosotros nos llevan, no es que fuimos formadas en ninguna escuela pero es como que fuimos consumiendo desde chicas este ambiente de la música. Siempre me gustó mucho el folklore. Me gustan muchos estilos pero es como que el folklore siempre lo sentí. Escuchaba una chaya, una copla, una vidala, y naturalmente sentía una sensación, unos sentimientos, de forma natural”.

Cuando De la Vega comenzó a cantar, casualmente el grupo de la escuela hacía folklore así que sus que empieza haciéndolo con Juan Carrizo, el primero que la acompañó. “Fuimos creciendo, obteniendo premios. Primero el tercer puesto y en la medida que fuimos creciendo obtuve un primer puesto no solo en folklore sino también en tango. Y bueno, después conocí a los chicos de Horizonte que ese año habían ganado el Pre Cosquín. Entonces me dieron una mano y ya dejé un poco la escuela y a conocer gente del folklore, a artistas que me ayudaron antes de terminar la escuela”.

Pero tal vez el salto más importante para esta joven intérprete llega de la mano del Pre Cosquín, cuando Kike Alamo empezó a prepararla para representar a La Rioja. “Comencé a conocer músicos excelentes como Nelson Escalizi, Beto Herrera, Tito Godoy, fueron los músicos que me acompañaron en ese momento. Gano el Pre Cosquín y otro certamen que se llama El Chango. En ese momento había muchos certámenes, mucho movimiento en las escuelas”, recuerda con nostalgia de la Vega. Y se lamentó de que en la actualidad no suceda lo mismo. “Ahora no se ve esa movida de grupos de folklore en las escuelas, creo que se está perdiendo. En ese momento, los que cantaban parecían profesionales, era un nivel muy bueno, había muchas escuelas de arte y otras escuelas como la Normal que también le daban importancia a estos espacios”.

Paso a paso

En base a estas experiencias de la Vega considera que fue consolidando su crecimiento. “Después me llaman para hacer la obra de la Cantata Riojana Joven entre 1999 y 2000. Para mi fue todo un desafío porque imaginate que es una obra que fue cantada por el Rioja Trío, Pancho Cabral, Chito Ceballos, Ramón Navarro, grandes del folklore. Ahí integro con la Brujita, Carlos Ferrerira, Daniel Romero y Martín Molina Torres esta obra”.

Al terminar el secundario de la Vega participó también en la organización de Septiembre Joven. “A pesar de haber estado un poco alejada mientras tenía a mis hijas, cada tanto volvía, en la ausencia realizaba algunas actuaciones esporádicamente”.

El público riojano también la recuerda por su participación en la obra Barranca Yaco sobre el asesinato a Facundo Quiroga en la que hizo unos recitados y, la más reciente, su gran participación en La Rioja Mágica, el último espectáculo de la Noche de Gala para el Día de La Rioja en la Plaza 25 de Mayo.

P: ¿A tu carrera siempre tuviste que dividirla con tu vida familiar y laboral?
-GV: Si. Es difícil acá en La Rioja dedicarse exclusivamente a la música, vivir de eso solamente. La mayoría de los músicos tienen otro trabajo aparte. Acá no están las condiciones dadas para que uno pueda realizar una carrera artística, aunque intenta hacerlo buscando los espacios y el tiempo. Hay que generar esos espacios sino es imposible.

P: ¿Qué significa para vos este primer disco que presentas el 17 de septiembre?
-GV: Un desafío para mi. Mucho tuvo que ver Jorge (Gigena), a quien conocí en el ambiente de la música, sabiendo que él hacía otro estilo, hacía rock. Yo creo que eso de compartir diferentes ideas, enriqueció el producto. El es el productor y su papel fue muy importante. El sabe lo que amo la música folklórica. El hecho de escuchar otros estilos musicales que quizás antes no le prestaba tanta atención. Y eso te ayuda a crecer. Yo hace muchísimo que quería tener un disco. Y se dio ahora, por algo es. La idea de hacerlo se armó hace mucho, pero lo concretamos en poco tiempo.

P: ¿Por qué Atávica?
-GV: Porque se buscaba un nombre muy profundo, que sea algo muy profundo. El sentimiento que a mi me surge es algo natural. Escucho una chaya (se le iluminan los ojos) y es algo que me lleva a algo muy de adentro. Salió este nombre que se identificaba con lo que yo siento. Es algo que lo heredas. Naturalmente me viene esta emoción, que heredamos, que no nos damos cuenta pero lo traes.

P: Hay un repertorio bien surtido en el disco. Le das lugar también a las nuevas generaciones de compositores como Ana Robles, Pablo Cloudeville, Fernado Vietto… ¿Qué te llevó a elegir estos autores junto a los ya consagrados?
-Jorge Gigena (JG): La ley un poco impone que el 70 por ciento del repertorio tiene que ser de autores riojanos. Pero más allá de eso ella venía haciendo un repertorio de mayoría de riojanos así que no fue un drama la elección de los temas. Hay varios temas inéditos como Por Salamanca, que es un huaino, Josho y Chaya, con letra de Jorge Ponce que le escribió en 1986 a José Jesús Oyola. La leí estando en Buenos Aires en el libro Patriarca de la Chaya que hizo el Pelado Soria. Le puse música a ese tema.

P: ¿Por qué no están en el disco las letras de los temas, es muy oneroso imprimir eso?
-GV: Es una cuestión de presupuesto, el arte se encarece. Desde el momento que nosotros presentamos el presupuesto al momento de hacer las copias, la inflación te termina afectando. Me parece que lo mismo se pueden llegar a copiar las letras. En la próxima vamos a intentar incluirlas.

P: ¿Qué análisis haces hoy sobre la situación de la música en La Rioja. Teniendo en cuenta que de aquí surgieron también Sergio Galleguillo, Natalia Barrionuevo, María de los Ángeles Salguero…
-GV: Bueno, ellos como muchos de los músicos como Nelson Escalizzi, el Pica Juárez, fueron a una escuela de arte. Pero es lamentable que no se fomenten estas cosas que tienen que ver con nuestra cultura. Porque desde las escuelas tampoco se asignan espacios, no hay cargos creados para que se enseñe folklore. Sino es una escuela con orientación artística que tenga profesores específicos, no hay en las otras escuelas. Queda en manos del profesor de música que quiera dar. Hace tiempo había como una caja interna de la escuela, la cual le pagaba aparte a una profesora para que preparara a los chicos para los certámenes. Ahora el único certamen que hay acá es Septiembre Joven. Y es como que se empezó a desvirtuar el espíritu de ese evento. En realidad era para que sigan naciendo nuevos artistas.

El hecho de que los chicos tuvieran que participar era como una presión para que se preparen y crezcan. Y los certámenes es eso lo que tienen. A veces juega un poco en contra, porque si uno pierde se puede frustrar. Pero en definitiva los certámenes impulsan ese compromiso para esforzarse y hacerlo bien.

P: ¿Crees que el Estado debería tener más presencia en el rubro musical más allá de la Ley del disco, herramienta que es de gran utilidad para los artistas?
-GV: Yo se que hay escuelas que se está dando teatro, por ejemplo, pero específicamente en lo musical, creo que tal vez no se le está dando suficiente importancia. Estuve viendo un documental de Estados Unidos. Y Maríah Carey hace eventos para reunir dinero para ayudar a las escuelas secundarias. La mayoría de las escuelas tiene orquestas y tienen una formación musical como corresponde. Que el alumno pueda leer una partitura, aquí no se da. Te pueden enseñar las notas claves, uno no tiene la facilidad de aprender a leer del pentagrama. Eso no te lo da la escuela. Tendría que haber otra forma de plantearse. Si queremos lograr que haya una mejor calidad una mejor producción, entonces yo creo que es fundamental que se destine un presupuesto especial para eso.

P: Cuales son los artistas que más admiras en La Rioja, Argentina y el mundo?
-GV: Grandes cantantes que yo admiro no tienen nada que ver con el folklore. Maríah Carey, Whitney Houston, Celin Dion, son artista impresionantes. Me encanta Celia Cruz. Esa energía que tiene para transmitir. De Argentina me gusta Pedro Aznar, del folklore Mercedes Sosa es una intérprete sin igual. Me emociona muchísimo escucharla. Cuando escuchas sus discos parece que está cantando al lado de uno. Y en La Rioja hay muchos artistas: La Bruja (Salguero), Natalia (Barrionuevo) son excelentes cantantes, Pancho Cabral, Ramón Navarro, los integrantes de Rioja Trío, Librevoz, Chito Ceballos, que son los que nos van dejando el legado a nosotros.

P: ¿Por qué crees que prácticamente no hubo grupos de mujeres que canten folklore aquí en La Rioja, a excepción de las Brujas que se disolvió hace varios años?
GV: La verdad que si, el único grupo que conozco son Las Pacheco. Lo que pasa es que para la mujer es muy difícil por la familia, los hijos, a veces no se dan los espacios. El hombre tiene más facilidad.

Mientras continúa abriéndose camino en la música a paso lento pero seguro, intentando un equilibrio entre las obligaciones, los afectos y las pasiones, De la Vega transmite como una especie de atavus (tatarabuelo) ese sentir que le sale naturalmente. Y. en la medida que puede también lo comparte con sus alumnos del Jardín Municipal Nº 1 y el Jardín de Pango donde dicta clases. “Les enseño algunas canciones, vidalas y algunos instrumentos autóctonos. Por ahí los chicos conocen lo que es una chaya, pero la que se hace en el Estadio del Centro y quizás no conocen la chaya que se juega realmente en los barrios”.

Más data
Atávica tiene chayas, zambas, chacareras, vidalas, huainos, candombe y hasta un bolero. La banda estable que acompaña a Gloria de la Vega está integrada por Jorge Gigena (guitarra), Faundo Flores (vientos), Nelson Scalixi (guitarra), Fernando Gramajo (teclado/ bajo), Esteban Gutiérrez (batería) y Lucas Millicay (percusión). La dirección musical estuvo a cargo de Gigena y Gramajo El disco fue grabado en el estudio Magnificant. Las fotos son de Roque Silva e Ismael Fuentes Navarro.

Como músicos e intérpretes invitados participaron Pica Juárez. Tubo Moya, Beto Herrera, Andrés Cejas, Marcelo Fernández, Carlos Nieto Ortiz, Nicolás Carrión, Camilo Matta, Luis Boix, Andrés Flores y Manolo Herrera.

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