viernes, 25 de septiembre de 2009

Críe carnívoras y chau dengue
















Prevención contra el Aedes A

A partir de hoy, en la Fiesta Nacional de la Flor, se enseña cómo cultivar estas plantas, consideradas única alternativa natural contra la enfermedad.

Para hacerle frente a la epidemia de dengue que muy probablemente vuelva a desatarse con el inminente aumento de las temperatura surge una opción insólita pero con asidero: las plantas carnívoras. En la Fiesta Nacional de la Flor –que como todos los años se realizará en Escobar, desde mañana hasta el 12 de octubre– se va a presentar el cultivo de las plantas carnívoras como un efectivo elemento preventivo contra el mosquito Aedes aegypti, portador de la enfermedad tropical que el último verano se propagó por todo el país poniendo en peligro al 80% de la población argentina.

“Es la única alternativa natural a la que se puede recurrir contra los insectos” dice Pablo Durán, que hace diez años se dedica a vender este tipo de plantas que prefiere llamar, antes que carnívoras (que suena como que pudieran comerse una pierna), insectíferas.

Las plantas carnívoras crecen en lugares donde el suelo es muy pobre en nutrientes como turberas, pantanos y laderas de piedra. “Los nutrientes que necesitan para vivir los sacan de los insectos que atrapan”, explica Durán. Algunas de ellas, parecerían tener dientes y se asemejan a bocas abiertas a la espera de sus diminutas víctimas. Charles Darwin escribió el primer tratado conocido sobre estas plantas en 1875.

CÓMO SE ALIMENTAN.

Las especies atraen su alimento mediante gotitas de pegamento dulce que tienen sobre sus hojas. Una vez capturado, el insecto trata de zafarse, y esa vibración es reconocida por la planta que, en su gran mayoría, enrolla sus hojas para asegurarlo y comenzar a liberar enzimas digestivas. El proceso de digestión puede tardar de tres a seis días, dependiendo de la contextura de la planta. Su crecimiento está relacionado a la captura de sus presas.

CÓMO SE CUIDAN.

Las recomendadas son las Droseras capensis, Binata, Capensis alba, Aliciae, Spatulata y Capensis all red. Estas especies –cuyo costo varía entre 15 y 50 pesos las más caras– no ocasionan ningún riesgo a los seres humanos ni a las mascotas. Tienen que ser ubicadas en lugares donde no les dé el sol directamente pero que tengan cierta luminosidad. Se las riega poniendo cada semana dos centímetros de agua en platitos debajo de sus macetas, recreando un pantano.

Hay algunas especies de plantas carnívoras de ambientes selváticos, que sí son literalmente carnívoras, y pueden hasta deglutir roedores, pero no son las que se venden en el país.

Fabián Caputto empezó desde principios de año a comprar plantas carnívoras para ponerlas, por una cuestión decorativa, en las ventanas de su casa. Si bien sabía que comían insectos, está sorprendido por la cantidad. “Te comen bichos a full, no esperaba que comieran tanto, sobre todo ahora que empieza la temporada de calor”, dice Caputto. “Las recomiendo porque son lindas pero no para reemplazar al repelente –aclara– no actúan como un Raid”.

Pero Durán asegura que sirven “para dormir tranquilo, sin que te des cuenta de la cantidad de mosquitos que hubo a la noche”.

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