El debate y la discrepancia en Internet son enriquecedores, y en las redes sociales más. Lo malo es cuando no se aceptan las opiniones ajenas y se pasa al insulto, la discriminación, la difamación, la amenaza y el acoso. Muchos creen que la red es un territorio de impunidad, pero estas acciones configuran delitos. En La Rioja, la violencia también acaparó esté ámbito.
Internet puede ser un amplio territorio digital para la expresión democrática, o el campo de batalla donde los seres humanos muestran su costado más miserable.
Muchas personas consideran que realizar un comentario en la web, los libra de las responsabilidades sobre sus palabras. Creen que el anonimato los ampara y ven a las redes sociales como un territorio de impunidad donde pueden insultar, discriminar, difamar, amenazar y acosar sin consecuencias. Pero no es así.
El Código Penal Argentino considera delito a estas actitudes más allá del medio por el que se realicen.
/// De la Vida a la Red
Las Redes Sociales no son más que un pequeño reflejo de algunos sectores de nuestra sociedad. Algunas personas confunden, las opiniones vertidas en las redes con la realidad misma.
Estas personas razonan de la siguiente manera: 100 personas de La Rioja comentaron positivamente “X” hecho en Facebook, por lo tanto los riojanos son favorables a “X”. Lo cual no es cierto, simplemente muestra que 100 personas son favorables o contrarias a “X”.
Hecha la salvedad, podemos decir que diferentes tipos de violencia, solapada o abierta, que se verifican en la realidad de La Rioja, comienzan a vislumbrarse en Internet.
Un ejemplo, es la violencia entre grupos de jóvenes que desde las calles saltó también a las Redes Sociales.
Pero no solo “los jóvenes” se expresan en forma violenta. También han llegado a las Redes Sociales “grupos de choque de opinión”.
Uno de los relativamente nuevos inventos del marketing político, cuyo uso en Internet fue inaugurado por el ahora senador Aníbal Fernández. Pero que se extendió a todas las fuerzas políticas con mayor o menor virulencia.
Se trata de personas contratadas para monitorear los debates en los medios on line y en las redes sociales, para desvirtuar cualquier diálogo que pueda dañar la imagen de su cliente o algún proyecto en marcha del mismo. Para ello provocan intencionadamente a usuarios o lectores, para acallar sus opiniones.
Ya existe un vocablo inglés para denominar a estas personas: “Troll”. Se trata de un apocope de la palabra “trolling”, usada en la frase “trolling for suckers” (pescar incautos).
/// Síntomas de época
Ante estos síntomas de época usted debe saber que tiene derechos, y puede protegerse ante estas situaciones.
En principio, todas las Redes Sociales condenan las amenazas y los mensajes intimidatorios. Twitter, por ejemplo, en su aparatado “Violencia y amenazas” establece que “el usuario no podrá enviar amenazas de violencia directa o específica contra otros”.
Amenazar a alguien es delito. Así lo establecen los artículos 149 bis y 149 ter dentro de los delitos contra la libertad, capítulo I (Delitos contra la libertad individual) del Código Penal Argentino y conllevan penas que van de 6 meses a cuatro años de prisión.
No importa dónde se produzca la amenaza, lo que cuenta es el contenido del mensaje. El delito se comete tanto si una persona intimida a otra en la calle como si lo hace en Internet. Así, amenazar a alguien en Twitter es delito, y también lo es hacerlo en Facebook, en Tuenti, por correo electrónico, etc.
¿Cómo actuar?
Si recibe una amenaza a través de Twitter o Facebook repórtelo. La red de “microblogging” permite notificar este tipo de incidencias.
En Facebook, cada publicación muestra en la esquina superior derecha un lápiz. Desde allí ingrese a “Reportar/marcar como spam”.
En Twitter entre al “Centro de Ayuda” y desde allí al “Centro de Seguridad”. A través de este apartado puedes reportar cualquier abuso de un usuario.
Estas redes sociales estudiarán su petición y llegado el caso darán de baja el perfil del infractor.
De forma paralela puede bloquear el perfil del usuario que le está amenazando. De esta forma no podrá volver a localizarlo en estas redes.
/// Denuncie la amenaza a las autoridades
Lo mejor es denunciar estas amenazas tanto a la Policía como a los organismos estatales.
El INADI creo la Plataforma por una Internet Libre de Discriminación, que usted puede encontrar tanto en Facebook, como en Twitter.
El objetivo de la Plataforma es “preservar el ámbito de Internet de cualquier tipo de violencia discriminatoria que afecte los derechos de grupos, comunidades o personas”.
Presente su denuncia por correo electrónico y obtendrá una rápida respuesta sobre los pasos a seguir.
Recuerde que si bien el usuario que lo acosa puede esconderse tras un nombre falso, su conexión a Internet está vinculada a una IP y los registros de las Redes Sociales son tan exhaustivos que se puede dar con el autor y la computadora desde la cual se emitió el mensaje.
El caso más reciente y ejemplar, lo tuvo un colega español vinculado al periodismo deportivo Juanma Castaño, quien recibió amenazas durante un mes de un mismo usuario. Tras las denuncias pertinentes apresaron a cuatro personas que utilizaban el mismo perfil para sostener este tipo de accionar.