Su nombre es Víctor Emiliano Ortíz, más conocido como Pérez. Tiene 44 años, cuatro hijos y vive de changas. Encontró una billetera con $7800 pesos en un colectivo y no lo dudó. Viajó hasta San Isidro para devolverlo a su dueño. Un jubilado que había obtenido el dinero de un préstamo.
“Así me han criado mis padres” dice humildemente Víctor Emiliano Ortíz. Para entregar el dinero tuvo que pedir que alguien lo lleve, porque no tenía para el pasaje.
El dueño del dinero, regresaba a San Isidro, luego de sacar un crédito para comprar un campo. Compartió el asiento con “Peréz” en el colectivo que los llevaba hasta el sur chepeño.
“Este hombre se bajo y yo me bajé más adelante. Cuando me paro veo una bolsita de nylon atada y me la meto en la mochila. Cuando me fijo era plata. No le confié a nadie que era plata” dice sigiloso el hombre.
Y cuenta que el jubilado había andado buscando el dinero perdido, y como mucha gente estaba anoticiada, andaban buscando la plata perdida.
Pero “Pérez” no quería quedarse con dinero que no le pertenecía. Así que al otro día viajó a Chepes para entregarselo en mano a su propietario. “Yo quería devolvérselo, porque no era mío” dice.
“Además –explica Pérez- esta persona andaba con gente enferma y yo pensaba cómo me voy a quedar con esa plata si la necesitan”.
En una sociedad cada vez más individualista y violenta, gestos solidarios y honestos como estos no abundan. Pero son sin duda el ejemplo a seguir.
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