Por Dr. Raúl A. Montenegro (*)
2.1. El método del cianuro.
El método más utilizado es el "Cyanide Heap Leach Mining" en cuya operación participan seis elementos principales: (a) La fuente de mineral. (b) La plataforma ("pad") asociada al túmulo ("heap") con un "forro" (el "liner" de los sajones). (c) La solución de cianuro de sodio. (d) El sistema de aplicación y recolección. (e) Los embalses de almacenamiento de solución (los SSP), y (f) La planta de recuperación de minerales (10).
En la fuente de mineral se utilizan explosivos para la obtención de bloques y fragmentos manejables, y luego se somete este material a molienda para reducir sustancialmente la granulometría (usualmente a menos de menos de 70 u). Esta es la fase de impactos masivos.
Entre sus principales efectos podemos mencionar: (a) Destrucción irreversible de ambientes nativos en el área de explotación, y por lo tanto de su biota. (b) Interrupción en los flujos de genes y especies entre ambientes nativos. (c) Alteraciones geomorfológicas de envergadura. (d) Distorsión de cuencas hídricas superficiales y subterráneas. (e) Merma en la regularidad hídrica y en la cantidad de agua disponible por año y por estación. (f) Contaminación del aire con partículas, gases y ruidos molestos. (g) Accidentes durante el transporte y uso de explosivos. (h) Destrucción irreversible del paisaje y de la percepción ambiental del sitio afectado, e (i) Generación de depósitos de residuos mineros.
El producto molido se dispone en montículos o "heaps" sobre plataformas (pads). Estas plataformas suelen tener "forros" o geomembranas de contención. Si la planta está geográficamente aislada y no hay controles del Estado, es frecuente que se utilicen "forros" de baja calidad. Los "heaps" son sometidos a lixiviación. Para lixiviar el material molido suele usarse una solución de cianuro de sodio que tiene de 0,14 a 2,35 kilogramos de cianuro por cada tonelada de agua. La concentración promedio del cianuro es del 0,05%. El producto es un lixiviado denominado "solución encinta" (10). En el caso particular del “Cordón Esquel” se utilizarían 2,7 toneladas de cianuro de sodio por día (1). Con estas operaciones comienza la fase de impactos especiales.
Entre sus principales efectos podemos mencionar: (a) Posibilidades de pérdida de cianuro y residuos contaminados con cianuro en los forros del "pad" y del "heap" (siempre y cuando se utilicen forros, ver arriba). Si las geomembranas no existen el impacto puede ser muy serio. (b) Contaminación del aire con los derivados gaseosos de las sustancias químicas utilizadas. (c) Contaminación del agua superficial y subterránea con residuos peligrosos derivados del “pad” y del “heap”. (d) Contaminación del agua y del suelo con las pérdidas que pudieran tener el sistema de conducción de "solución encinta" y los embalses de almacenamiento. (e) Accidentes durante el transporte de sustancias peligrosas. (f) Accidentes por derrames en el área de lixiviación. (g) Mayor destrucción del paisaje y de la percepción ambiental del sitio afectado. (h) Afectación de la biota, e (i) Afectación de las personas que trabajan en la mina.
Desconocemos qué método se utilizará para recuperar el oro de la solución encinta. Existen dos métodos principales, el Merrill-Crowe, y el de absorción con carbón. En el Merrill-Crowe se agrega zinc en polvo y sales de plomo a la solución. El oro se separa y precipita, y el zinc en polvo se combina con el cianuro. Luego se funde el precipitado para obtener el oro. Es importante recordar que durante esta parte del proceso se generan el llamado "cianuro estéril" ("barren solution") y el descarte o "slag material" que contiene metales pesados. Estas escorias se descargan habitualmente en las pilas de desecho ("colas") (10).
El cianuro estéril puede ser destinado a un ciclo abierto, en cuyo caso se diluye y luego descarga a cursos de agua, o a un ciclo cerrado para minimizar el consumo de cianuro.
El otro método, el del carbón, suele ser más usado en explotaciones pequeñas y con bajo contenido de plata. En este caso la solución encinta se impulsa a través de columnas de carbón activado. El oro y la plata de la solución se adhieren al carbón, y la solución estéril, que todavía contiene cianuro, se lleva a un embalse de almacenamiento. El oro y la plata se separan del carbón con soda caústica caliente, y la solución pasa luego por una celda con ánodo de acero inoxidable y cátodo para chapar el material. El carbón gastado se "reactiva" en un horno para poder reutilizarlo (10). Debemos recordar que en Argentina la mayor parte del carbón activado se obtiene de quebracho colorado, un árbol que sigue siendo talado irracionalmente en el bosque chaqueño (Provincia Biogeográfica del Chaco) (17).
Las operaciones de recuperación del oro generan nuevos impactos ambientales, entre ellos: (a) Posibilidades de pérdida de residuos con metales pesados y otras sustancias peligrosas. (b) Contaminación del aire con los derivados gaseosos de las sustancias químicas que se utilizan en la recuperación. (c) Contaminación del agua superficial y subterránea con los residuos peligrosos del proceso de recuperación. (d) Accidentes durante el transporte de sustancias peligrosas. (e) Accidentes por derrames en el área de recuperación. (f) Mayor destrucción del paisaje y de la percepción ambiental del sitio afectado. (g) Afectación de la biota, y (h) Afectación de las personas que trabajan en la mina.
2.2. El método del mercurio.
Aunque este método no se utilizará en el emprendimiento Cordón Esquel, sigue siendo empleado por algunas empresas y mineros independientes dedicados a la extracción de oro (“garimpeiros”).
Desde hace años el mercurio se usa en el Escudo de la Guayana, una superficie de 415.000 kilómetros cuadrados que comparten Venezuela, Surinam, Guayana, Guayana Francesa y Brasil (actualmente el cuarto productor mundial de oro). Se calcula que las actividades mineras en la región del Amazonas descargan al ambiente unas 200 toneladas de mercurio por año. La descarga se realiza en las dos fases de la actividad minera. Primero en la de amalgama. El material obtenido de ríos y zona de minas pasa por varios tamices. Allí entran en contacto con el mercurio, que al amalgamarse con el oro permite su separación. La mayor parte del sedimento de descarte contiene mercurio residual que contamina el agua y el suelo. La segunda descarga ocurre durante el tratamiento térmico de la amalgama. Esta se calienta en una retorta para que el mercurio vaporice y quede únicamente el oro. Si la vaporización se hace en un contenedor sellado las pérdidas de mercurio pueden ser pequeñas. Pero si se usa un contenedor abierto, el mercurio vaporizado contamina el ambiente. Se estima que por cada kilogramo de oro se descargan al ambiente 2 kilogramos de mercurio (9).
Una vez en el ecosistema el mercurio permanece como mercurio elemental, o si ingresa a la cadena alimentaria, puede transformarse en metilmercurio o mercurio orgánico. En los organismos vivos el metilmercurio es absorbido mucho más fácilmente que el mercurio elemental. Es frecuente, en la región Amazónica, hallar peces con alto contenido de metilmercurio, incluso a bastante distancia de las fuentes originales de contaminación. La principal fuente es la minería diseminada y de superficie, el “garimpo”, que practican los mineros independientes (“garimpeiros”). Hacia fines de 1970 el hallazgo de importantes depósitos en la región fronteriza de Brasil y Venezuela intensificó notablemente sus actividades y la contaminación con mercurio. Aunque el gobierno brasileño intenta generalizar el uso de retortas cerradas para que no se libere mercurio al ambiente, la extensión del territorio y la falta de controles efectivos dificultan su adopción. En 1992 se consideraba que trabajaban en la región unos 650.000 “garimpeiros”. Aunque la producción del “garimpo” disminuyó en los últimos años, representa el 30% de la producción total de oro en Brasil (9).
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