Los vecinos del lugar solicitan la instalación de antenas de telefonía móvil para quebrar el aislamiento en que aún viven. El único medio de comunicación con el que cuentan es la radio de la policía y una cabina pública, que en la mayoría de las veces permanece sin tono, según explicaron al diario digital El Cronista.
Es increíble que este pueblito con tanta riqueza histórica, donde viven cerca de 300 personas no cuente con los servicios de telefonía celular y de internet. Se trata del lugar donde nació el General Juan Facundo Quiroga, ubicado a unos 215 kilómetros de la capital riojana.
A pesar de los revolucionarios adelantos de la era digital y las nuevas tecnologías de comunicación inalámbricas, estos pobladores de la localidad de San Antonio siguen sumidos en un anacrónico y cruel aislamiento que marca sus vidas con penosas y evitables consecuencias.
“Es muy triste no contar con estos servicios, para poder comunicarnos con nuestros familiares que se encuentran en otros lugares”, comentaron los vecinos al Cronista.
Agregaron que “muchas veces cuando ocurre algún accidente de algún familiar, no tememos como comunicarnos para preguntar por su estado de salud, es por eso que solicitamos a las autoridades municipales y provinciales que gestiones estos servicios”.
Lo cierto es que hay soluciones tecnológicas al alcance para reparar, sin grandes inversiones, enormes deudas sociales y más aún con estos habitantes de este pueblo de 350 años.
Las casas históricas
Hacia el final de pueblo, en el extremo este y pegado a la montaña, se encuentran los vestigios de las construcciones históricas y legendarias vinculadas con el caudillo. Existen dos construcciones bien diferenciadas:
La casa natal de Facundo Quiroga: investigadores y estudiosos sostienen que estos vestigios fueron en el siglo XIX la casa natal de Facundo.
Facundo Quiroga nació en este pueblo en 1778, hijo de José Prudencio Quiroga y Larrea y Juana Rosa de Argañaraz y Vergara. Su padre, un hacendado sanjuanino migró a esta provincia, estableciendo su estancia en el sureste de La Rioja, en la zona llamada Los Llanos y que varias veces ejerció como comandante de las milicias de la zona.
También en ese lugar se encuentra un árbol de más de 230 años.
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